martes, 3 de junio de 2008

El Negro Machete (Miguel Oblitas Bustamante)

Esta historia transcurre hacia el año de 1946, cuando Nasca aun contaba con tres calles de este a oeste : Bolognesi, Lima y Callao y tres de sur a norte: Grau, Arica y Tacna. Juan Matta la calle de la planta eléctrica de ese entonces tenía solo 2 cuadras unidas por una pared que cerraban paso hacia Aja (terrenos de los Matta y los Bocanegra). La mayoría de las casas fueron reconstruídas despues del terremoto del 24 de agosto del 42.
Don Miguel Bustamante Molina relojero, platero y joyero de fuste y el único en la provincia por muchos lustros. El en sus años mozos fué muy aficionado al palo trinador (guitarra) que tocaba muy bien compartiendo innumerables jaranas con el zambo pisqueño, Don Leopoldo Forero.
Nuestro abuelo Miguel, llamaba a su pequeña hija Rosario "Charola" quien a la sazón contaba con 7 años. Ella desde pequeña empezó a querer la música y el oficio de la relojería y joyería que aprendió de su padre. Asimísmo contemplaba a Don Miguel cuando negociaba y conversaba con algunos personajes de aquella Nasca añeja, que aún late en nuestro corazón. Nunca olvidaría la memoria fotográfica de Charola los rostros del Dr. Valle, los Bocanegra, los De La Borda, el bicicletero Falcón, el repartidor de periódicos Benjamín Camacho, Eliséo Carbajo eximio músico que venía desde Ica, los "cholos" vistantes de algún lugar de los escarpados andes del sur de Ayacucho y a los afronasqueños de El Ingenio, Cabildo, Coyungo, Changuillo y alrededores.
Por esos años fué muy famoso como chismoso el negro Monterolo que paseaba el bulto descalzo por la ciudad. Pero el negro de nuestro cuento es otro y muy peculiar como el antes mencionado. Este otro personaje apodado el Negro Machete era un vendedor de chicharrón, quién al grito de: ¡¡OREJITA DE CHANCHO!! ofrecía su producto por las calles de la otrora Villa de Santiago de la Nasca. En una oportunidad Don Miguel Bustamante ocurrente como el mismo, intentó llamar la atención de alguna travesura a Charito y aprovechando el paso de tan peculiar vendedor, dijo: -Cuidado que ese negro se lleva a los chicos y se los come y despues vende sus orejas. - no escuchas acaso que dice ¡¡OREJITA DE MUCHACHO!! . La sola presencia del Negro Machete asustaba, todo esto sumado al parecido de OREJITA DE CHANCHO con OREJITA DE MUCHACHO aterró mas a la pequeña que desapareció velozmente. Durante buenos minutos no aparecía Charito por ningún lugar de la casa de Don Miguel, ¡Charo, Charola! llamaba Doña Magdalena Cruces Vera esposa de nuestro abuelo. Charo permanecía escondida debajo de la cama de los abuelos, esperado desapareciera tan tenebroso personaje que pasó vendiendo por la puerta de la relojería en el 465 de Bolognesi. ¡Charo! continuaron buscando pero ella no respondía ni pío, mientras a lo lejos se alejaba la terrible voz del Negro Machete : ¡¡OREJITA DE CHANCHO!! la pequeña escuchaba: ¡¡OREJITA DE MUCHACHO!!. Al diablo -dijo- mejor no salgo hasta nuevo aviso.