miércoles, 8 de octubre de 2008

Literatura Nasqueña

El género literario es una forma del sistema que permite la clasificación de obras literarias de acuerdo a criterios semánticos, sintácticos, fónicos, discursivos, formales, contextuales, situacionales y afines.

En la historia ha habido varias clasificaciones de los géneros literarios. Por lo cual no se puede asistir a una determinación en la cual se pueda categorizar todas las obras de la historia en un criterio común.

Los géneros literarios son modelos de estructuración formal y temática de la obra literaria que se ofrecen al autor como esquema previo a la creación de su obra. Los géneros literarios son los distintos grupos o categorías en que podemos clasificar las obras literarias atendiendo a su contenido.

La retórica clásica los ha clasificado en tres grupos importantes: lírico, épico y dramático.

La literatura griega incluye los siguientes:
Género dramático, Género lírico, Género narrativo, Género didáctico y Género poético.


Para referirnos a la Literatura de Nasca hemos clasificado a nuestros literatos de acuerdo a sus obras:

*NARRATIVA :

Manasses Fernández Lancho (1917-2003),
Sixto Fernández Lancho,
Néstor Mejía,
Salvador Navarro Cossío (1918-1998),
Miguel Bernardino Cordero Hernandez,
Josué Lancho Rojas,
Gregorio Martinez Navarro,
Mauro Lizarbe Mansilla,
Edgar Flores Barreda,
Sixto Fernandez Alvarado,
Esperanza Navarro Pantac,
Aurelio Muñóz Alarcón "Kandela",
Olivia Sejuro Nanetti,
José Carlos Bustos Montoya,
Roberto Gutierrez Bustillos,
Sonia Parvina Peña,
Esteban Vilca Castillo,
Lucila Isabel Marcatinco Huaraca,
Ruth Garibay Ramírez,
Janet Cueto Vilchez,
Santiago Roncagliolo Lohman,
Miguel Oblitas Bustamante.

*POESÍA :

Críspulo Restituto Molina (nac. el Siglo XIX)
Sixto Fernández Lancho,
María Reiche Neumann (1903-1998),
Rosa Luz Chalco Cueto "Marina Linares",
Leobardo Espinoza Cuadros,
Terencio Trinidad Garriazo,
Reydelinda Santa Cruz de Espinoza,
Josué Saul Lancho Rojas,
Silvia Rosario Pereyra Farfán de Alanya,
Zenón Gallegos Ramirez,
Sixto Fernandez Alvarado,
Lino Muñóz Angulo,
Félix Bolivar,
Felipe "Lipe" Vente (décimas),
Jorge Gamboa Segovia (décimas),
Esteban Vilca Castillo,
Emilio Isabel Yáñez Chalco,
Rubén Aybar Caycho,
José Bautista,
Diana Pantac Li,
Willy Cajo Ancaya,
Rafael Alanya Pereyra,
Josué Lauz Benavides,
Giuliana Berroa Eggerstedt,
Maribel Richter Ochavano,
Miguel Oblitas Bustamante.

*TEATRO (Gionistas):

Miguel Cordero Hernandez,
Natividad "Guady" Palomino,
Miguel Oblitas Bustamante.

*HISTORIA E INVESTIGACIÓN :

Max Uhle
Julio Nicanor Corzo (Monografía 1914)
Cesar Reyes Carrera,
Sixto Fernández Lancho,
Manasses Fernández Lancho,
Miguel Bernardino Cordero Hernández,
María Reiche Neumann (1903-1998)
Rvrdo. Alberto Rossel Castro (1905-1983),
Pablo Cabrera,
Josué Lancho Rojas,
Sixto Fernández Alvarado,
Pelayo Casavilca,
Alejandro Bocanegra Mejía,
Jesús Angulo C.,
Rodolfo Chalco Cueto,
Giuseppe Orefici,
Wilfredo Gameros Castillo,
José Carlos Bustos Montoya,
Aurelio Muñoz Alarcón "Kandela",
Wilfredo Muñóz Pisconte,
Esperanza Navarro Pantac,
Mauro Lizarbe Mansilla,
Cesar Ormeño Iglesias,
Miguel Oblitas Bustamante.

*PERIODISMO:

Sixto Fernández Lancho,
Agustín Bocanegra y Prada,
Víctor Valle Molina,
Miguel Bernardino Cordero Hernández,
César Reyes Carrera,
Felipe Luna Falcón,
Segundo Ramírez,
Zenón Gallegos Ramírez,
Víctor Manuel Valle Molina,
prof. Navarrete,
Sixto Fernández Alvarado "Conde Chaucato",
Víctor Raúl Espinoza Condori,
Bernardo Chávez de la Torre,
Benito Árias Rueda,
Pedro Chalco Guillén,
Miguel Antonio Luque Urpe,
Miguel Huayta Renteros,
Miguel Oblitas Bustamante.


Esta es una galería de obras de autores nasqueños que integran la biblioteca de Nasca del Perú:


"María Reiche en el Tiempo" de Alejandro Bocanegra Mejía.

"Pura Kandela" de Aurelio Baltazar Muñoz Alarcón.


"Relatos del Abuelo" de Aurelio Baltazar Muñoz Alarcón.


"Líneas y geoglifos e historia de El Ingenio-Nasca" de Mauro Baltazar Lizarbe Mansilla.


"Rescate de rutas para el turismo en Nasca" de Olivia Sejuro Nanetti.


"La Historia de Mi Pueblo" de Willy Muñoz Pisconte.





















"Catálogo de la Colección del Museo Antonini" de Guiseppe Orefici.


"Nasca en Anécdotas" de Manasses Fernández Lancho.


"Escritura Incaica" de Manasses Fernández Lancho.





















"Aguas en el Desierto, los Puquios de Nasca" de Katharina Schereiber- Josué Lancho Rojas.



"Cronista de Nasca" de Salvador Navarro Cossio y Esperanza Navarro Pantac,
con aportes de Diana Pantac y Josué Lancho Rojas.



"Ángel Valdez" de Sonia Parvina Peña y Manuel Gutierrez Bustillos.


"Isla de Pascua el Ombligo del Mundo" de Aurelio Baltazar Muñoz Alarcón.


"Semblanzas biográficas y episodios de la Independencia" de Wilfredo Gameros Castillo.

"Nasca, la primera Batalla" de Wilfredo Gameros Castillo.

"El Orígen del Fútbol en el Perú y el Mundo" de Wilfredo Gameros Castillo.

"Los Buitres" de Aurelio Baltazar Muñoz Alarcón.


"Simón Rodríguez" de Sonia Parvina Peña y Manuel Gutierrez Bustillos.

"Después de María Qué?" de Aurelio B. Muñoz Alarcón.



















"Cahuachi el centro ceremonial en adobe mas grande del mundo" de Josué Lancho Rojas.

















"Secreto de la Pampa" de María Reiche Neumann.

jueves, 18 de septiembre de 2008

El legendario Ángel Valdez y el toro Arabí Pachá.(Gregorio Martínez)

BUSTROFEDON

Entre los mejores toreros que han existido en el Perú, en todos los tiempos, Ángel Custodio Valdez Franco es el más reputado. Hijo de esclavos, nació en el villorio de El Ingenio, al noreste de las Líneas de Nasca, el 2 de octubre de 1838. En su momento, cada rincón del país lo ungía como El maestro Ángel Valdez. Así lo testimonia Jorge Basadre en Historia de la República. Si hubiera que mencionar a otro torero de similar relieve legendario, este sería el Indio Ceballos, quien toreó en España en el siglo XVIII y causó tanta admiración que Francisco Goya le hizo un aguafuerte.Libros y documentos muestran que Ángel Valdez nació en Palpa. Así aparece en Los toros, monumental enciclopedia en seis tomos, obra del español José María Cossío. Lo reitera el Diccionario biográfico taurino de José Sánchez Neira. Igual lo indica una lápida en la tumba de Ángel Valdez, en el cementerio limeño Matías Maestro. Pero todos sus coterráneos sabían --con pena para los palpeños Luis Peirano y Carlos Iván Degregori-- que Ángel Valdez había nacido en El Ingenio. Por suerte, esta certidumbre ha sido recogida en la "Enciclopedia taurina del Perú", aún inédita, obra capital de Carlos Tapia Acosta, quien durante años fue médico de la Plaza de Acho.En 1849, a los 11 años, Ángel Valdez llegó por primera vez a Lima. Se cree que se había cimarroneado y abandonó El Ingenio tras los pasos del arriero Agapito Bernales. Por ser un niño fuerte, comenzó a trabajar como adobero en la hacienda Estaquería, cerca a Higuereta. Un día, ya adolescente, fue a la Plaza de Acho y vio torear al celebrado diestro español Manuel Díaz, más conocido como Laví. Eran los años de la pugna política entre Ramón Castilla y Rufino Echenique.Aquella vivencia en la Plaza de Acho conmovió al joven Ángel Valdez. El toreo de entonces era temerario y sin cánones. Pronto Ángel Valdez se convirtió en discípulo predilecto del matador mexicano José María Vásquez, que se había establecido en Lima. Al poco tiempo el joven adobero ya estaba a punto para torear.A los 19 años, en 1857, Ángel Valdez salió por primera vez a la arena de Acho. Aún como novillero. Torear en la Plaza de Acho constituía un sueño. Dos años después, en pleno segundo gobierno de Ramón Castilla, cuando ya se había abolido la esclavitud, Ángel Valdez tomó la alternativa de torero. Pasó la prueba con aclamaciones. El maestro José María Vásquez le entregó la espada. Fue un domingo 7 de agosto de 1859.En aquellos tiempos la fiesta brava se extendía desde la mañana hasta el anochecer. Se lidiaban 20 toros. Ni se vislumbraba la tarde clásica de 6 corridas. Todo empezaba con el "desbarajuste de fiesta". Trifulca en la cual la muchedumbre quemaba sus rencores, bajo la mirada vigilante de alguaciles y gendarmes. Conforme a una tradición colonial, en determinado momento las fuerzas del orden embestían a palo limpio y quebraban el desbarajuste. Al final, la muchedumbre apaleada ocupaba el lugar asignado, en el lado opuesto a la tribuna de los regios.Al año de tomar la alternativa, Ángel Valdez ya no tenía contendores entre los toreros peruanos. Pero el ambiente se animó cuando llegó el diestro español Chicorro, un matador de oficio y mucho coraje. Ahí fue que Ángel Valdez empezó a bordear los extremos de la temeridad. Tanto que sus faenas despertaban expectativas en Colombia, México y aun España. El rumor daba pábulo a la leyenda que Ángel Valdez tenía pacto con satanás.De repente, en 1866, reventó la Guerra con España. Inmediatamente los toreros españoles se fueron a otras plazas. A Colombia, Venezuela, México. El vacío produjo la aparición de diestros nativos. En 1867 comenzó a mencionarse el nombre de Mariano Soria, el Chancayano. Rápido el nuevo torero ganó simpatía en todo el Perú. Desde entonces, Ángel Valdez y el Chancayano serán los eternos rivales.Aquella época del esplendor de Ángel Valdez ha dejado también el nombre de un toro famoso, tan temido que la muchedumbre temblaba al escuchar su nombre: Arabí Pachá. Un toro salido de los chiqueros del infierno. Desmesurado en todo. En envergadura y en fiereza. Pertenecía a la dehesa de los Asín, propietarios de la hacienda Rinconada de Mala.No cabe duda, Arabí Pachá constituye un capítulo aparte de la tauromaquia peruana. Animal matrero, conocedor de todos los gajes de la faena, pues debido a su bravura le habían perdonado la vida dos veces. El día que se anunció que Arabí Pachá sería toreado y muerto por Ángel Valdez, sin opción de perdón, en el Perú se desencadenó el delirio.Cuando llegó el momento, la Plaza de Acho reventaba de gente. Fiero e imponente apareció Arabí Pachá. Se detuvo al borde de la arena y comenzó a bufar, a escarbar el suelo y se aventaba tierra sobre el lomo. Entonces, el picador Benigno Asín, el Curcuncho, que conocía bien a Arabí Pachá, pues era de su familia, espoleó al caballo y con la lanza en ristre atacó al toro para bajarle la embestida. Ángel Valdez, todavía en el burladero, asentía calmoso y confiado.Pese a su reconocida habilidad, el Curcuncho no pudo clavar la lanza en el morrillo de Arabí Pachá. El toro hizo un quite de adivino en una fracción de segundo y pasó a la ofensiva. Advirtió que el picador estaba mal ubicado y lo arrinconó con caballo y todo contra las tablas. Acudió el banderillero Pionono para distraer al toro y sacar al picador del aprieto. Algo vio el banderillero en la catadura de Arabí Pachá que de golpe se le desmoronó el coraje. Sin la menor vergüenza trepó por las tablas hacia el tendido. Al verlo en tal apuro, Arabí Pachá se paró en dos patas y asomó por encima del cerco. Un alarido de pánico remeció la plaza. El toro dio un vuelco brioso y volvió a la arena.Mariano Soria, el Chancayano, que también estaba actuando de banderillero, hizo de tripas corazón y en sesgo, a volapié, colocó una banderilla en el endemoniado Arabí Pachá. Solo un hierro. Ángel Valdez, sudando, clavado en la arena, por primera vez embargado por un aire de desamparo, adelantó un pie y luego avanzó sigiloso, con la espada lista bajo la muleta. No iba a torearlo. Quería acomodarlo para entrar a matar. Directo a la última suerte. Ángel Valdez no citó al toro. Tampoco fue al encuentro. Más bien recurrió a una treta de gañán. Se le aproximó por un costado y, cuando lo tuvo a distancia para estoquear, lo llamó por su nombre: ¡Arabí Pachá! El toro volteó, traicionado por su propia sabiduría. Ángel Valdez le hundió la espada de un solo envío hasta el corazón*.Después de aquella hazaña, Ángel Valdez se fue a probar suerte en España. Allí, en la tierra que inventó el toreo, lo obligaron a revalidar el título de torero. Tuvo que tomar de nuevo la alternativa. Lo hizo en la Plaza de Madrid, el 2 de septiembre de 1883. Tenía 45 años y enfrentó al toro Cucharero. En la tribuna de honor estaban el rey Alfonso XII y la reina María Cristina, la misma de la copla guarachera.En 1909, a los 71 años, con el pelo completamente blanco, pero macizo como un guarango, Ángel Valdez lidió su último toro, el Rompetablas, en la histórica Plaza de Acho. Fue un domingo 19 de septiembre. El gobierno del Perú recién había pasado a las manos de Augusto B. Leguía y los anarquistas alistaban los fuegos del movimiento obrero. Dos años más tarde, el 24 de diciembre de 1911, moría Ángel Valdez convertido en leyenda.* En 1980 vi la cabeza de Arabí Pachá en la entrada del Aquicito, el museo estrambótico que el Loco Asín tenía en un peñasco de Chosica.
Fuente Perú 21

Angel Valdez "El Maestro" UNA DE LAS CELEBRIDADES PERUANAS (Martín Caipo Berrocal)

Angel Custodio Valdez y Franco fue un Matador de Toros de raza negra y de impresionante físico cuyo nombre, figura y fama llenaron 50 años de la Historia Taurina del Perú, y es por ello que bien puede considerársele el más importante diestro peruano hasta la fecha. Nació el 2 de Octubre de 1838 en el pueblo de Ingenio, en el distrito de Nazca, en el departamento de Ica. Se trasladó a Lima a los diez años luciendo ya un físico muy desarrollado para su corta edad. Trabajó en el fundo La Granja cuidando ganado lo que estimuló su afición por las corridas de toros. Animado a encaminar su vida en la profesión de torero fue, en sus inicios, José María Vázquez quien le aportó los conocimientos elementales. Se estrenó en la Plaza de Toros de Acho el 7 de Agosto de 1859 alternando con Antonio Marín y José Ortega. Al añ o siguiente contrajo nupcias en la localidad de Palpa con Nicolasa Izasigar. El 2 de diciembre de 1860 acometió la proeza de encerrarse en solitario en la Plaza de Toros de Acho -nadie lo había hecho antes- dando cuenta de doce astados con tal éxito que salió catapultado como ídolo máximo de la afición limeña. Desde entonces su reinado se fue consolidando sobre la base de su habilidad en el segundo tercio y en la ejecución de suertes como las de el salto al trascuerno y a la garrocha, pero sobre todo por su extraordinaria efectividad en la ejecución de la suerte suprema, donde ponía de manifiesto su fuerza, valor y decisión. Su fama trascendió nuestras fronteras. Como consecuencia de ello a fines del año 1872 fue contratado para actuar en 16 corridas de toros en la ciudad de Montevideo donde triunfó rotundamente ratificando su fama. En 1883, a punto de cumplir los 45 a&n tilde;os de edad y con 24 de Matador de Toros viajó a España presentándose en Madrid el domingo 2 de setiembre de ese año. Su actuación no fue buena. Posteriormente, actuó sin mayor resonancia en Cádiz y en Lisboa para luego retornar a Lima. Su hazaña más memorable, el 24 de mayo de 1885, fue aquella de matar en la vieja Plaza de Toros de Acho, con singular coraje y audacia, al célebre toro "Arabí Pachá", y en la misma corrida a un hijo de este de nombre "Mucho Ojo", en tarde en la que alternó con Mariano Soria "Chancayano" y Antonio Pastrana. El 10 de Febrero de 1889 es herido gravemente por el toro "Turbulento". Idolo de 3 generaciones se retiró, a los 71 años de edad, el 19 de Setiembre de 1909. Falleció el 24 de Diciembre de 1911, a las nueve y media de la noche, en su casa limeña de la calle Desagüadero. U n bronce ubicado en el exterior de la entrada de los tendidos de Sol en la Plaza de Toros de Acho, escenario de sus principales gestas, recuerdan pálidamente lo que fue su brillante trayectoria profesional.

viernes, 6 de junio de 2008

Un iqueño en Nasca (Antonio Caro)

Estuve en Nasca, pero en realidad parecía no ser Nasca, en su transformación tan rápida y tremenda que llama al interrogante. A esa ola incontenible de su progreso la empuja su legendario ancestro, su riqueza agrícola, minera, y su privilegiada posición geográfica. El nuevo trazo de sus calles y su pavimento de seis pulgadas de espesor ha transformado su fisonomía urbana. El semblante de las gentes emana orgullo y regocijo. Caminé calles arriba y una amplia y novísima avenida me llevó a un imponente y gris edificio que no pude saborear en su interior pero que su aún fresca placa conmemorativa dice con sintética elocuencia “Nuevo Camal de Nasca”… Deambulo ya de noche por calles y plazuelas y me pregunto quién esgrimió la varita mágica del Sésamo ábrete para Nasca, quién transformó la tierra y el polvo en concreto y por quién se edificó ese camal que también necesita Ica. Pregunté al chofer, pregunté al transeúnte, pregunté al vendedor ambulante y al emolientero, y de labios de todos salió un nombre: fue Navarro. Pero, qué Navarro, interrogué, -Cómo, ¿no conoce a Salvador Navarro, al flaco, a Navarrito? -, y con un gesto de incredulidad el noctámbulo emolientero se dispuso a atender a su cliente. Recién entonces recordé al flaco y juvenil amigo del año 1937, corriendo detrás de la pelota en los campos de Eccles y San Miguel, y se me reflejó como el noctámbulo emolientero, exprimiendo hasta el colmo el limón de la Ley 12676 en el vaso romántico de su Nasca. Nota.- La Ley 12676 creó el Fondo Nacional de Desarrollo Económico y las Juntas Departamentales de Obras Públicas. Salvador Navarro Cossio es único delegado de Nasca ante la Junta de Ica. Ica, setiembre de 1961. (Publicado en el diario La Opinión, Ica, 27 de setiembre de 1961)

martes, 3 de junio de 2008

El Negro Machete (Miguel Oblitas Bustamante)

Esta historia transcurre hacia el año de 1946, cuando Nasca aun contaba con tres calles de este a oeste : Bolognesi, Lima y Callao y tres de sur a norte: Grau, Arica y Tacna. Juan Matta la calle de la planta eléctrica de ese entonces tenía solo 2 cuadras unidas por una pared que cerraban paso hacia Aja (terrenos de los Matta y los Bocanegra). La mayoría de las casas fueron reconstruídas despues del terremoto del 24 de agosto del 42.
Don Miguel Bustamante Molina relojero, platero y joyero de fuste y el único en la provincia por muchos lustros. El en sus años mozos fué muy aficionado al palo trinador (guitarra) que tocaba muy bien compartiendo innumerables jaranas con el zambo pisqueño, Don Leopoldo Forero.
Nuestro abuelo Miguel, llamaba a su pequeña hija Rosario "Charola" quien a la sazón contaba con 7 años. Ella desde pequeña empezó a querer la música y el oficio de la relojería y joyería que aprendió de su padre. Asimísmo contemplaba a Don Miguel cuando negociaba y conversaba con algunos personajes de aquella Nasca añeja, que aún late en nuestro corazón. Nunca olvidaría la memoria fotográfica de Charola los rostros del Dr. Valle, los Bocanegra, los De La Borda, el bicicletero Falcón, el repartidor de periódicos Benjamín Camacho, Eliséo Carbajo eximio músico que venía desde Ica, los "cholos" vistantes de algún lugar de los escarpados andes del sur de Ayacucho y a los afronasqueños de El Ingenio, Cabildo, Coyungo, Changuillo y alrededores.
Por esos años fué muy famoso como chismoso el negro Monterolo que paseaba el bulto descalzo por la ciudad. Pero el negro de nuestro cuento es otro y muy peculiar como el antes mencionado. Este otro personaje apodado el Negro Machete era un vendedor de chicharrón, quién al grito de: ¡¡OREJITA DE CHANCHO!! ofrecía su producto por las calles de la otrora Villa de Santiago de la Nasca. En una oportunidad Don Miguel Bustamante ocurrente como el mismo, intentó llamar la atención de alguna travesura a Charito y aprovechando el paso de tan peculiar vendedor, dijo: -Cuidado que ese negro se lleva a los chicos y se los come y despues vende sus orejas. - no escuchas acaso que dice ¡¡OREJITA DE MUCHACHO!! . La sola presencia del Negro Machete asustaba, todo esto sumado al parecido de OREJITA DE CHANCHO con OREJITA DE MUCHACHO aterró mas a la pequeña que desapareció velozmente. Durante buenos minutos no aparecía Charito por ningún lugar de la casa de Don Miguel, ¡Charo, Charola! llamaba Doña Magdalena Cruces Vera esposa de nuestro abuelo. Charo permanecía escondida debajo de la cama de los abuelos, esperado desapareciera tan tenebroso personaje que pasó vendiendo por la puerta de la relojería en el 465 de Bolognesi. ¡Charo! continuaron buscando pero ella no respondía ni pío, mientras a lo lejos se alejaba la terrible voz del Negro Machete : ¡¡OREJITA DE CHANCHO!! la pequeña escuchaba: ¡¡OREJITA DE MUCHACHO!!. Al diablo -dijo- mejor no salgo hasta nuevo aviso.

lunes, 2 de junio de 2008

María Reiche y Rossel Castro: sobre las Líneas de Nasca (Salvador Navarro)

Sobre las numerosas especulaciones vertidas acerca del significado y mensaje de las líneas y dibujos de las pampas de Nasca, el destino, puso a través del tiempo frente a frente a dos personajes que en otro momento se conocieran, ambos con teorías parcialmente opuestas en este fascinante tema de los geoglifos. El uno, el ya fallecido e ilustre sacerdote e historiador Alberto Rosell Castro; y el otro, la sabia alemano-peruana María Reiche de 93 años incansable abnegada y permanente estudiosa de estos geoglifos. Mientras Reiche sostiene que se trata del Mapa Astronómico más grande del mundo, Rossel Castro indica que son observatorios Astronómicos pero que, fundamentalmente, son proyectos de irrigación y parcelación agraria. En su libro Arqueología del sur del Perú (1977), en el capítulo “Galerías filtrantes de la hoya del río Grande de Nasca”, Rossel Castro trata in extenso el tema de los acueductos de Nasca y su tesis que relaciona el sistema de los puquios con los dibujos de las pampas. Alberto Rossel Castro, el curita historiador, llegó a Nasca el año 1941 para hacerse cargo de la parroquia de esa jurisdicción. El año 1942 vivió con el pueblo nasqueño la terrible experiencia del terremoto del 24 de agosto. Vio cómo se destruía el templo junto con la mayoría de edificios del pueblo. La reconstrucción de la ciudad fue una tarea de largo aliento en la que él también puso el hombro. Tomó a su cargo la implementación de una capilla que se erigió en la Av. Canales, hoy Av. María Reiche, e inició el proyecto para la construcción de un nuevo templo, que no se llegaría a concretar sino hasta treinta y cinco años después. En el año 1946, era concejal inspector del Museo y Biblioteca, en la Junta Municipal Transitoria que presidía José Pazos Mata. El cargo le caía como anillo al dedo por su inclinación a las investigaciones arqueológicas. Investigaba la diversas formas de la cultura Nasca, rescataba los ceramios para el Museo y se interesaba por las líneas de Nasca y el sistema de acueductos que cruzaba el valle bajo los ríos de Nasca. Fue en esa época que llegó a Nasca María Reiche y él fue el encargado de facilitarle los medios para su trabajo de campo en las Pampas.(En: Cronista de Nasca, Lima, 2008) Más sinopsis sobre María Reiche y Rossel Castro: sobre las Líneas de Nasca
Enlaces relevantes:
http://historiamartima.blogspot.com/
http://www.iehmp.org.pe/
María Reiche y Rossel Castro: sobre las Líneas de Nasca por Salvador Navarro Cossio 2008

Monterolo y las arañas del templo (Salvador Navarro)

Casi todos los pueblos tienen un personaje raro o típico, que de una u otra forma, no dejan de ser parte de su historia o folklore. Pues bien, hace muchos años hubo uno en Nasca que llevaba por nombre, o le decían, Monterolo. Había nacido en la hacienda Achaco, hijo de "Cochinilla", Benjamín Céspedes. Al cuento de esta historia, tendría nuestro personaje unos treinta años de edad, y su rara y displicente figura de negro bisojo se dejaba ver por las modestas calles del vecindario, siempre descalzo, mostrando sus enormes y achatados pies que se acompasaban al andar con sus entumecidas rodillas. Como resultado de su permanente enemistad con el agua y el jabón, su ensortijada y negra cabellera se elevaba desvergonzadamente revuelta sobre su enorme cabeza. Monterolo, pese a su indescriptible apariencia, era por demás inofensivo. No era altanero, más bien callado, pero, eso sí, muy observador y chismoso, sobre todo en lo que se refería a correrías de alcoba. Y, resulta pues que este simple personaje vino a ser el principal protagonista de un hecho realmente insólito en la tranquila y aldeana vida de la Nasca de comienzos del siglo pasado, tanto que aún se recuerda y comenta hasta nuestros días: "El robo de las arañas del templo de Nasca". Aquel hermoso templo neoclásico que alguna vez lució sus encantos de definida influencia arquitectónica francesa, en el más destacado lugar de la Plaza de Armas, hasta que lo destruyó el terremoto del 24 de agosto de 1942. He aquí que una apacible tarde a mediados del año 1939, cuando se honraba la sagrada costumbre de la siesta a la hora en que más fuerte atenazaba la canícula que eternamente vive el cálido valle de Nasca, la lánguida calma se vio repentinamente rota a la voz de -¡Se roban las arañas! Y el grito corrió como reguero de pólvora por las apacibles y escasas calles de la ciudad, haciendo trizas la tranquilidad pueblerina del vecindario nasqueño. ¿Qué había pasado? Que el negro Monterolo, el inofensivo y chismoso vagabundo nasqueño que vivía siempre ocupándose de la vida ajena y controlando lo que acontecía en las casas del vecindario, había reparado en que del techo del templo sospechosamente se estaban descolgando las famosas arañas. Vio además, que descargaban bultos de un carro desconocido en el pueblo, el cual se hallaba estacionado en las cercanías del templo. Vio los cajones, la viruta, los papeles y cartones propios de embalaje regados por el suelo del templo y, al instante coligió que debían contener otras arañas por demás corrientes para reemplazar las valiosas. No trepidó en salir corriendo con la voz de alarma a todo pulmón: -¡Se roban las arañas! ¡Se roban las arañas! Consternados, indignados, decididos los nasqueños impidieron la expoliación. Lo cierto es que a partir de entonces, Monterolo dejó de ser el antipático negro de las esquinas, para convertirse en el agradable moreno merecedor del aprecio y las propinas de una comunidad agradecida, que por él, no solo se impidió la pérdida del preciado bien, sino que puso a prueba el espíritu del pueblo nasqueño y lo hizo tomar conciencia de que era capaz de reaccionar con gran solidaridad en defensa de lo suyo. ¿Y las arañas? A la postre tuvieron un triste final, pues con el terremoto del 24 de agosto de1942, acabaron sepultadas con el templo.Síntesis de un relato del libro "Cronista de Nasca", Lima, 2008. Más sinopsis sobre Monterolo y las arañas del templo
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Monterolo y las arañas del templo por Salvador Navarro Cossio 2008